Monumento Buzludzha (o Buzludja)

 

Sueño alcanzado. Es uno de los símbolos por excelencia de los lugares abandonados del planeta y, después de seguir su evolución (debería decir “involución”) a lo largo de años en fotos y reportajes ajenos, finalmente pude recorrer sus ruinas y fotografiarlas. Espectacular la atmósfera que se respira en su interior a pesar de ser, también, uno de los abandonos más visitados del planeta. Nosotros coincidimos al final de nuestro recorrido con un par de ruidosos y nutridos grupos que, dicho sea de paso, ignoraban los más mínimos principios de salvaguarda de la integridad personal. Esta vez la suerte estuvo de su lado porque el lugar, no siendo hoy por hoy uno de los más peligrosos por su fácil acceso, no debería tomarse a la ligera por la humedad que lo asola y que puede hacer dar un traspiés que te haga caer unos metros al vacío.

El Monumento Buzludja, o Casa Memorial, parece hoy un OVNI huérfano olvidado en la cima de  un monte de más de 1.400m de altitud, surcado por corrientes de agua en verano y sepultado por la nieve en invierno. Visible desde kilómetros a la redonda, este peculiar edificio fue construido en  1981 en honor al «Congreso Buzludja» celebrado en este mismo lugar en 1891 por el líder socialdemócrata Dimitar Blagoev y el 1.300º aniversario de la creación del Estado Búlgaro. Costó alrededor de catorce millones de leva (siete millones de euros) pagados por el gobierno búlgaro y el partido socialista, y en su construcción participaron ingenieros militares del ejército, famosos pintores, escultores y tropas del servicio de empleo y voluntarios. Su construcción requirió 7 años de trabajo.

La Casa consta de una amplia cámara abovedada para el debate y una torre de 70 metros de altura. En la parte superior de la torre hay dos postes de 12 metros con equipos de alta tensión. Por su parte, la Sala de Ceremonias tiene un diámetro de 42 metros y una altura de 14,5 metros y estaba decorada con 550 metros cuadrados de mosaicos, hoy cada vez más dañados, que evocan las luchas comunistas, la construcción de la sociedad socialista, el emblema soviético y una frase en búlgaro que reza: "Proletariado de todos los países, ¡uníos!". También estaban retratados en la cámara principal varios destacados líderes búlgaros y soviéticos como Dimitar Blagoev, Vladimir Lenin, o Stalin. Las tres escaleras del interior del edificio estaban decoradas con una combinación de vidrio blanco, realizada por el escultor checo Stanislav Libenski, mientras que el pasillo interior estaba recubierto por mármol y moqueta de la que únicamente algunos jirones perviven. Sólo en el diseño del monumento se invirtieron 18 meses y participaron en él más de sesenta artistas.

Tras la caída del gobierno socialista de Todor Zhivkov, apenas veinte años después de su inauguración, el monumento fue abandonado y deteriorándose progresivamente ante la falta de conservación por parte del Estado Búlgaro. El 19 de septiembre de 2011, durante la apertura del Museo de Arte Socialista de Bulgaria, el presidente del país, Boyko Borisov, reveló que el histórico monumento de Buzludja pasaba a formar parte de los bienes del Partido Socialista Búlgaro, otorgando a éste toda la responsabilidad de su gestión. Dado el actual estado de ruina del edificio, parece complicado que un partido político pueda contar con los recursos necesarios para su restauración y mantenimiento, mucho nos tememos, pues, que, a pesar de la creciente demanda de conservación por parte de algunos sectores del pueblo búlgaro, esta construcción esté abocada a la desaparición en aras de la seguridad de potenciales visitantes. Una auténtica pena.

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Sobre mí:

Curiosa por naturaleza, desde niña me embelesaron los ecos pasados que se me antojaban atrapados entre las paredes de los lugares abandonados que iba dejando atrás desde el coche de mi padre. Hoy, un poco más dueña de mis pasos, los dirijo allí para admirar la belleza oculta entre sus ruinas, inmortalizarla con mi cámara e indagar en la verdadera historia que, en otros tiempos, les dieron vida. Estos son mis locus amoenus ¿me acompañas?