Infraestructuras Defensivas de la Guerra Civil en Navalagamella

 

En esta ocasión visitamos los búnkeres que se encuentran a la entrada del municipio madrileño de Navalagamella. Aprendimos que allí estas estructuras defensivas bélicas reciben el nombre de “garigolos”. No se conoce el origen de la palabra que en algunos lugares del sur de España sirve para designar a los trasteros, pero lo cierto es que forma parte del subconsciente colectivo de sus habitantes quienes, desde niños, han convivido con ellos convirtiéndolos en parte de sus juegos infantiles al grito de “¡A los garigolos!”, uso lúdico que poco tenía que ver con el objeto con el que fueron levantadas las decenas de fortificaciones que encontramos por el municipio.

 

No en vano, en Navalagamella encontramos una de las mayores concentraciones de búnkeres de nuestro país, todos ellos construidos tras la Batalla de Brunete y todos ellos pertenecientes al bando nacional, que decidió fortificar la zona en previsión de nuevos ataques del ejército republicano desde el vecino pueblo de Valdemorillo, un ataque que, por otra parte, nunca llegó a producirse.

 

Durante La batalla de Madrid, el día  8 de Noviembre de 1936, Navalagamella fue tomada por la 7ª División en el Frente de El Escorial por las tropas franquistas, según  parte de guerra. También se vio envuelta en la batalla de Brunete, en julio de 1937, aunque con menor intensidad que el resto de los frentes. La Brigada 101 de la División 46 dirigida por el comandante comunista Valentín González, más conocido como “El Campesino”, tenía como misión avanzar hacia Navalagamella durante esa batalla, pero no pasó el río Perales. Sin embargo, el municipio sí llegó a sufrir bombardeos de la aviación del ejército popular republicano.

 

Descubrimos en nuestra visita tres búnkeres que llamaron mucho nuestra atención y que tenían como finalidad defender la entrada del pueblo. Situados sobre un cerro, junto a la carretera, estas tres estructuras defensivas presentan una planta irregular y algo atípica al encontrarse los nidos de ametralladora muy cerca los unos de los otros. Uno de ellos, de forma circular, destaca sobre el resto. En él se alojaba el destacamento allí instalado.

 

Como es habitual, los muros de estos búnkeres sobrepasan el metro de espesor para protegerse del impacto de posibles bombas y, en este caso, sus troneras están orientadas hacia Valdemorillo.

 

Como curiosidad, os cuento que Navalagamella fue circunscrita al Plan de Regiones Devastadas y, por ello, reconstruida durante los años 40, forestaciones que atenuasen las sombras de la guerra en el paisaje incluidas.

 

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Sobre mí:

Curiosa por naturaleza, desde niña me embelesaron los ecos pasados que se me antojaban atrapados entre las paredes de los lugares abandonados que iba dejando atrás desde el coche de mi padre. Hoy, un poco más dueña de mis pasos, los dirijo allí para admirar la belleza oculta entre sus ruinas, inmortalizarla con mi cámara e indagar en la verdadera historia que, en otros tiempos, les dieron vida. Estos son mis locus amoenus ¿me acompañas?