Recorriendo las huertas de esta isla no es difícil encontrar pequeñas torres construidas con piedra destinadas a guardar los aperos de trabajo y a proporcionar cobijo a los labriegos, evitándoles recorrer largas distancias de ida y vuelta en una sola jornada desde sus hogares. La que muestro, parecía llevar mucho tiempo abandonada y olvidada.
Es muy usual econtrar en estas latitudes mediterráneas multitud de chumberas de higo chumbo o (también llamado higo de tuna), que se recolecta a finales de agosto como fruto exótico y para producir múltiples subproductos alimentarios como la mermelada.
A este fruto, al contener mucha fibra y pectina (que reduce la absorción de azúcares), se le confieren propiedades para combatir el coresterol alto, la obesidad, la diabetes, las infecciones virales, la colitis y, entre otras cosas, hasta la resaca. Incluso hay quien afirma que un zumo preparado a base de higos chumbos, apios, perejil y naranja constituye un excelente remedio para adelgazar y ponernos a tono para la operación bikini... Si alguien lo prueba, ya me contará ;-)
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Sobre mí:
Curiosa por naturaleza, desde niña me embelesaron los ecos pasados que se me antojaban atrapados entre las paredes de los lugares abandonados que iba dejando atrás desde el coche de mi padre. Hoy, un poco más dueña de mis pasos, los dirijo allí para admirar la belleza oculta entre sus ruinas, inmortalizarla con mi cámara e indagar en la verdadera historia que, en otros tiempos, les dieron vida. Estos son mis locus amoenus ¿me acompañas?
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