Hacía tiempo que pasaba por delante de sus puertas y observaba su paulatina destrucción. Quise pasarme por allí mucho antes pero, para cuando me decidí a hacerlo, ya
era demasiado tarde, desde fuera se adivinaba ya que poco quedaba de la antigua Cooperativa Farmacéutica, así que obvié mi equipo de fotografía y, pertrechada con mi teléfono
móvil, me dispuse a hacer una primera incursión sobre el terreno. Si la visita merecía la pena regresaría allí con mi cámara de fotos. Lamentablemente, no fue necesario a tenor de lo que
encontré.
La Cooperativa farmacéutica fue en realidad un almacén desde el que se distribuían los medicamentos que abastecía a las farmacias de la zona. A día de
hoy, nada nos recuerda ese uso, sólo sus escombros y no poca cantidad de basura en sus inmediaciones reciben al improbable visitante ocasional.
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