Siguiendo la nacional IV hasta la entrada de la ciudad de Aranjuez, a tan sólo unos tres kilómetros del Palacio Real, descubrimos a nuestra izquierda una antigua casa abandonada en un estado un tanto calamitoso sin llegar a ser ruinoso. Se trata de una de las tantas casas o casillas que el Ministerio de Obras Públicas construyó a finales del S. XVIII para servir de vivienda de los peones camineros que mantenían la carretera al servicio de la antigua Diputación Provincial de Madrid, así como para dependencias de maquinaria y almacenes.
La casa, abandonada no hace mucho tiempo por la familia que la ocupaba desde hacía unos años, según podemos detectar en los restos de efectos personales que por allí aún quedaban dispersos, no se diferenciaría mucho de otras casas antiguas de la vieja villa de no ser porque en su fachada aún podemos contemplar un par de placas. La primera, alargada y en su fachada lateral, marcaba la distancia que existía desde ese punto kilométrico hasta Aranjuez y la segunda, en su parte frontal, representa el antiguo escudo de la extinta Diputación Provincial de Madrid.
Esta Diputación, como la del resto de provincias españolas, tuvo su origen en la Constitución de 1812. En el caso de Madrid, a raíz de su primera ocupación por las fuerzas hispano inglesas el 20 de agosto de 1812, se constituyó el primer Ayuntamiento constitucional y la primera Diputación provisional. Pedro Saiz de Baranda fue el primer Alcalde constitucional de Madrid y Presidente provisional de la Diputación. Sólo un año después Madrid fue reconquistada definitivamente a los franceses, y el 7 de junio se nombraría al primer presidente de la Diputación en la persona de D. Joaquin García Domenech. Finalmente, con la publicación del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid en el año 1983 la Diputación desapareció.
Curiosas cuanto menos las pintadas que adornan varias paredes exteriores de la construcción… por no decir siniestras.
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